LOS FONDOS DE INVERSIÓN EN EL FÚTBOL II

En el artículo anterior mostraba mi desconfianza hacia estas prácticas tal y como se llevan a cabo actualmente. Pero ello no significa que esté radicalmente en contra ni que deje de reconocer que podría ser de otra manera y que podrían ser útiles y cumplir una misión de ayuda facilitando un tipo de operaciones financieras diferentes en el complicado mundo de los fichajes internacionales. Vamos a profundizar en algunos aspectos importantes que nos ayuden a comprender mejor el cómo y porqué de este asunto.

Lo primero que hay que hacer es conocer la diferencia entre derechos federativos y económicos de un jugador inscrito en un club. Los primeros son siempre del club y los económicos lo son en la medida en que el club sea capaz de mantenerlos bajo control, cosa que no siempre ocurre. Esta es una de las cuestiones claves del problema porque a medida que un club pierde control de la parte económica de los derechos de un jugador en favor de un tercero comienza la dependencia de ese tercero a causa del dinero invertido por este en el jugador o en el club. Y esto no le gusta nada a los organismos rectores porque entienden que es contraria a la política de fair-play financiero y de equilibrio presupuestario que quiere implantar en los clubs.

Entienden que permite y facilita el endeudamiento excesivo, debilita la capacidad de decisión de los clubs y pone en manos de terceros una capacidad de influencia y decisión que no pueden controlar y qué consideran ajena al mundo del fútbol. Está bien razonado, pero es muy difícil no reconocer que detrás de eso hay preocupación y temor por la previsible pérdida de poder que esa forma de actuar le ocasionaría. Como también lo hay por el excesivo poder de los Agentes (top) de jugadores que pueden llegar a dificultar la necesaria fluidez, transparencia y capilaridad de un mercado difícil, opaco y canalla como es el de los traspasos de futbolistas. Es comprensible que la preocupación y el temor se disparen cuando los causantes de ello actúan conjuntamente y suman medios e influencias. Ahí comienza un problema gordo.

La causa primera y última es, como casi siempre, el dinero. Pero no el dinero que pone el fondo de inversión para ganar sus correspondientes dividendos, si no el dinero que el club vendedor quiere ganar “aguantando” al futbolista el tiempo que pueda, el que el futbolista quiere empezar a ganar cuanto antes y el que el club comprador pretende ahorrarse llevándose bien con los gestores del fondo. Contribuye mucho a todo ello la situación general del fútbol en el correspondiente mercado y no es casualidad que estos fondos hayan prosperado sobre todo en Portugal y en España, dónde la legislación ampara, protege y facilita un funcionamiento opaco, especial y ligero en cuanto a las obligaciones tributarias, financieras y laborales de los clubs. También en las estrictamente futbolísticas. Hay que reconocer que algo está cambiando y que hay más rigor y exigencia en esa materia. Es ahí donde el asunto de los fondos no encaja y donde se han encendido las alarmas para prohibirlos o reconducirlos de forma adecuada y acorde con los nuevos tiempos.

En mi opinión hay otros dos factores muy importantes que conviene señalar para terminar de entender el fenómeno en su justa medida. Por un lado hay que definir claramente hasta donde el fútbol es especial y hasta donde debe llegar su particularidad. Si debe tener aspectos específicos (jurisdicción ordinaria o deportiva, obligaciones legales, responsabilidades de los gestores auténticas y verdaderas y no simulacros fácilmente eludibles) e intrínsecos a la propia esencia del fútbol que se implanten cuanto antes y que sea para bien. Por ejemplo, si los clubs pueden servirse de este tipo de operaciones para financiar sus contrataciones y traspasos por qué no habrían de hacerlo? Si pequeños, medianos y grandes ahorradores invierten su dinero en todo tipo de acciones, activos financieros, planes de pensiones y de previsión y ahorro, seguros, etc, etc por qué no podrían hacerlo en este tipo de activos si estos estuvieran bien definidos, fueran claros y transparentes, con una legislación adecuada y con un funcionamiento correcto y controlado?. El fútbol es especial, ya lo sabemos, pero no debe serlo tanto como para no aprovechar debidamente aquello que siendo legal le favorezca y le permita resolver sus problemas y cumplir sus objetivos. Y este asunto de los fondos, bien manejado podía contribuir a ello, pero de momento lo que hay es opacidad y beneficios para unos pocos que van a lo suyo, dejando rastros preocupantes.

Por otro conviene no engañarse y dejar de reconocer que el asunto es complejo, difícil, abarca a los distintos actores de ese gran teatro que es el futbol y toca el ego y la cartera de los mismos de distinta forma, afectando a su capacidad de decisión e influencia en un mundo lleno de vanidades, protagonismo y portadas. Al fin y al cabo es muy difícil evitar que la desastrosa política de fichajes de un club lo lleve a la ruina si sus presidentes a lo largo de décadas se van de rositas y si la afición lo que quiere son goles y títulos sin importarle nada más……o que otro club viva por encima de sus posibilidades durante bastantes años, aunque ello supongo la quiebra o desaparición de la entidad. Las divisiones inferiores están llenas de casos así, aunque nadie quiera reparar en ello. La política que parece imperar es…..”el último que apague la luz”.

Al final llegamos a otro tipo de cuestiones que están en el meollo de todo esto, como son:

¿Por qué se paga tanto dinero por un futbolista en los traspasos “top”? y ¿Se ha parado a pensar amable lector, que casi toda la pasta es por y para pagar al futbolista de turno (como debe ser, aunque no sé si tanto) quién debe responder a unas enormes expectativas que pocas veces se cumplen?….En fin, si los dichoso fondos sirven para mejorar todo esto que lleguen en la debida forma y cuanto antes…..pero de verdad que sea para bién.

Autor: Eduardo Silva

También te puede interesarte algunos de los siguientes cursos

Share:
Copy