Aunque al gran público le pueda parecer novedoso, el fenómeno de los fondos de inversión en el mundo del fútbol lleva ya bastantes años operando. Nace en Latinoamérica, principalmente en Argentina, Brasil, México y Uruguay, si bien en versión más rudimentaria en la que el lugar de los fondos de inversión lo ocupaban “empresas” y ha pasado de ser un fenómeno creciente a convertirse en un verdadero problema para la FIFA, UEFA y las distintas federaciones nacionales. Estas comprueban con inquietud como el control que las asociaciones nacionales ejercían de una manera bien conocida en materia de traspasos empieza a diluirse y complicarse por la aparición de nuevos actores (financieros) que reclaman protagonismo y voz cantante.
Estos fondos de inversión no son otra cosa que organizaciones financieras que de una u otra forma están ligados a bancos de inversión, normalmente y su objetivo es la obtención de plusvalías en el momento del traspaso de un jugador en el que han invertido dinero a cambio de una participación en los derechos federativos del mismo. Es un negocio de riesgo, de futuro que no siempre termina bien, por lo cual se toman todas las “cautelas” necesarias para disminuir esos riesgos y ahí es donde las cosas se empiezan a poner difíciles de verdad, porque cada integrante de la cadena defiende su parcela como gato panza arriba, normalmente a costa de buscar la mayor capacidad de influencia y decisión y de situarse en la “pole position” para cuando llegue el momento esperado.
Estos fondos se crean para captar futuras figuras en países con mercados futbolísticos de exportación y buscan “proteger, amparar y “sostener” a los jugadores que van para cracks y a los clubs que no pueden pagarle lo que a este le ofrecen desde Europa, por ejemplo. En una primera etapa el fondo es bien recibido porque inyecta la pasta necesaria para que el jugador se tranquilice y viva bien mientras adquiere prestigio y notoriedad y el club puede disponer de un proyecto de figura que de otra forma no podría sostener ni mantener. Los problemas suelen llegar cuando el tan ansiado traspaso millonario a Europa llama a la puerta. Aunque todo esté escrito, como es una negociación a varias bandas, cada uno busca arrimar el ascua a la sardina de su interés con todo tipo de maniobras, presiones e influencias.
La F.I.F.A y especialmente la U.E.F.A no ven con buenos ojos este tipo de prácticas porque entienden que le quita control financiero en los clubs y no le permite marcar límites al manejo y niveles de endeudamiento que estima razonables. La verdad es que no le falta razón. Entre esto y los clubs comprados y gestionados por magnates con fortunas de dudoso o ilícito origen tienen tarea por delante y no va a ser fácil que se hagan las cosas como quieren esos organismos internacionales. Claro que todo puede complicarse mucho más si reparamos en aspectos como que a lo señalado le podemos añadir que, en ocasiones, los asesores y socios del fondo son superagentes de los jugadores que este maneja o exdirectores de grandes clubs con intereses en todas las parcelas o que los citados fondos operen desde paraísos fiscales o desde la misma city londinense, aunque a veces parece que no haya mucha diferencia….Si, es para preocuparse, porque el fútbol necesita transparencia, ejemplaridad, profesionalidad y preparación para la mejor y más eficaz gestión posible y estas operaciones extienden sombras, dudas y desconfianzas sobre el panorama futbolístico internacional.
Mucho más aún si tenemos como muestra el botón del caso NEYMAR, todos contra todos al juzgado o vemos a FALCAO en una carrera difícil de entender desde el punto de vista futbolístico o si comprobamos los saltos de canguro en la carrera estratosférica de JAMES, etc, etc. Claro que para ser objetivos, conviene no olvidar que el AT. MADRID pudo disfrutar del citado delantero colombiano y de otros jugadores gracias a esos fondos o que hay equipos en nuestra liga que están en primera división gracias a esas operaciones o que los grandes del fútbol portugués sobreviven y hacen excelentes negocios basándose en esas prácticas desde hace tiempo. Hay quién piensa que ayudan a equilibrar la competición y a plantarle cara a los grandes, pero me parece que el asunto tiene más sombras que luces y las consecuencias suelen ser devastadoras cuando pasado un tiempo se descubren.
La solución de que los fondos tengan capacidad de decidir solo en lo financiero y no en lo deportivo es una ilusión que no creo que se materialice. Cómo y quién le van a decir a los gestores del fondo de inversión eso mismo si es el que pone la pasta, a veces hasta paga al jugador, financia al club o le cede al jugador de turno, en una operación parecida a lo que sería un arrendamiento financiero? tal y como lo conocemos el tema es de difícil solución. Es un remedio para equipos que no tienen dinero, que estén muy endeudados o quieran ganar dinero con operaciones “atípicas”, algo que difícilmente consiguen. El gran presidente del Real Madrid, D. Santiago Bernabeu dijo hace décadas “si el futbol fuera negocio los bancos estarían en él hace muchos años”. Sigue siendo así, porque esto de los fondos no es exactamente banca “buena”, si no banca de inversión y “muy financiera” y ya sabemos todos adonde nos han llevado esa forma de hacer las cosas. Más austeridad, más cantera, más paciencia y profesionalidad, más formación y rigor y nos evitaríamos muchos de los fondos, seguro.